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                                                                    Estepona 24 de abril  de 2014

 

¿SOMOS CULPABLES…?

 

 

 ¿Hasta que punto somos consciente de actuaciones ilícitas y permanecemos impasible? Hasta que punto esta conducta es sinónimo de complicidad, aunque sea por omisión. Hay políticos imputados y condenados por la omisión en el deber de perseguir el delito. ¿Pueden considerarse por lo tanto a los ciudadanos igualmente culpables del delito de omisión al no exigir responsabilidades a aquellos a los que un dia elegimos para defender el interés general?.

 

Omisión propia, delito tipificado en el código penal:  Los puede realizar cualquier persona, basta con omitir la conducta a la que obliga la norma. Pongamos un ejemplo. ¿Cómo es posible que regímenes como el gilismo campara a sus anchas en la Marbella de finales del siglo pasado y la primera década del XXI? Casi 16 años de impunidad sostenido por el voto ciudadano.

 

¿Estamos, los ciudadanos, omitiendo la conducta de exigir responsabilidades a todos aquellos políticos que lesionan el interés general en beneficio de intereses espureos? De ser asi, ¿podríamos ser imputados por omisión propia todos aquellos que no cumplimos con la obligación de denunciar el desmantelamiento del estado del bienestar?. Y ya,  trasladandonos a la época actual, ¿hay mayor delito que empobrecer a la población, expulsar del sistema publico de salud y educación a los mas débiles e ir cercenando poco a poco el derecho que las personas dependientes tienen a un envejecimiento digno?. Aquello que decía un castizo: Lo único que deseo es que en la vejez me limpien el culo con dignidad. Pues ni eso.

 

Ahora bien, ¿cómo podemos los ciudadanos ejecutar esa obligación? Indudablemente será complicado tener la suficiente información y los medios adecuados para acudir como persona física a los tribunales de justicia y denunciar posibles irregularidades.

 

Tampoco debemos ir contra la democracia absteniéndonos en las elecciones de turno para asi, craso error, “castigar” a la clase política. Entonces, ¿cual es el camino que debemos transitar para no caer, aunque sea desde el punto de vista de la ética, en el delito de Omisión Propia al que hacia alusión en el párrafo primero?.

Recientemente en Francia, Revuelta socialista en Francia: diputados proponen un plan de ajuste alternativo - Noticias de Mundo  http://bit.ly/1nkmdG9 y ante las medidas anunciadas por el flamante primer ministro Valls de congelar las pensiones y los sueldos a los funcionarios, un grupo de diputados de su propio partido, el PSF, se han opuesto a estas medidas argumentando que es "una aberración socialmente inaceptable". 

Bien, quizás este sea el camino, elegir a aquellos representantes que realmente tengan la capacidad de discernir entre la obediencia y la conciencia y elijan esta ultima en la toma de decisiones que afecten al interes general.

En un articulo de  Bernardo Gutierrez, publicado días atrás en el digital Diario.es, titulado “La época mas revolucionaria de la historia”, Gutierrez señala: Si Karl Marx levantara la cabeza estaría absolutamente desconcertado: las revueltas sacuden el mundo, renacen en los lugares más inesperados, pero casi ninguna toma el poder. http://0z.fr/1bL73 

¿Estamos los ciudadanos ante una revolución pacifica? Quizas ese sea el camino que nos salve de ser imputados por el delito de omisión propia. Siguiendo con Bernardo Gutierrez: ¿Vivimos la era más revolucionaria de la historia o en un preludio de descontento como el que llevaría a la secuencia de estallidos sociales de 1848? ¿La explosión está por llegar?

Aquellas revoluciones a parte de su condición burguesa se caracterizaron  por su carácter de reivindicación nacionalista y por tratarse de los primeros indicios de un incipiente movimiento obrero. ¿Les suena de algo?

El hecho que el poder financiero no este sujeto, de facto, a ninguna limitación institucional, es decir sin reconocimiento jurídico, por la fuerza de los hechos, y haya utilizado la crisis para cebarse con la clase media; dejando desprotegido a los trabajadores, abandonados a su suerte por los sindicatos, y propiciando que el nacionalismo catalán este mas presente que nunca, nos retrotrae a la Europa de finales de siglo XVII y principios del XVIII, desde donde arrancaron los estallidos sociales, y que acabaron precisamente con el periodo absolutista, a los que hace referencia Gutierrez.

 

¿Somos culpables? Definitivamente no; se han despertado conciencias y existe un clamor que paulatinamente esta calando en el tejido social. Un tejido social narcotizado por el sistema financiero en años de bonanza, maltratado por la clase política y abandonado por los sindicatos, que esta saliendo de ese letargo. Es desde este escenario desde donde los ciudadanos nos estamos redimiendo del delito de Omisión Propia, exigiendo a la clase política, desde la ética y el compromiso, lealtad a la constitución y  respeto a la voluntad popular.

 

SERGIO LÓPEZ

Tag(s) : #ARTICULOS DE OPINION
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