Iván Gil 20/12/2012 (06:00)
De la superpoblación al ‘invierno demográfico’
La sociedad del riesgo o de la incertidumbre, según el término que acuñó el sociólogo alemán Ulrich Beck hace ahora dos décadas, comporta una serie de amenazas que si no se identifican con suficiente antelación acabarán causando daños irreversibles.
“Siempre ha existido la creencia generalizada de que la población mundial seguiría creciendo insosteniblemente, pero ahora sabemos que se producirá una contención demográfica en todos los continentes menos en África. El freno demográfico afectará principalmente a Europa, convirtiéndose en un grave problema para el sistema de pensiones y de protección social a mediados de este siglo”, según apunta José María Garrido, catedrático de Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha y senior counsel del Banco Mundial. Los países de Europa del Este, sobre todo Rusia, será los que más habitantes pierdan, viviendo así lo que se conoce como ‘invierno demográfico’.
Hacia una ‘jubilación activa’
Desde el punto de vista del catedrático es necesario combinar políticas de fomento de la natalidad con otras medidas más drásticas, como el retraso en la edad de jubilación o la implantación de lo que denomina jubilación activa; es decir, un abandono progresivo de la actividad laboral junto a la asunción de otras labores más acordes a esta etapa vital.
Los planteamientos que defiende son mucho más radicales y profundos, puesto que “si no hay un cambio de la civilización dominante en Europa, anclada en el relativismo y el pesimismo, será difícil plantear soluciones de tipo técnico y político tanto en lo económico como en lo demográfico”. El futuro de la humanidad, continúa Garrido, pasa necesariamente por “la construcción de una nueva sociedad” con unos valores renovados y con la recuperación de la cultura como marco general interpretativo de la realidad.
Las instituciones representativas se globalizan
La crisis de representatividad política será otro problema grave a corto y medio plazo, cuyos efectos ya se están dejando notar en la actualidad en forma de desconfianza hacia los cargos públicos, según señalan los barómetros del CIS.
Para Beneyto el “problema demográfico no podrá solucionarse fácilmente sin una mayor inmigración”, un factor con el que no se podrá contar si el mercado laboral no es capaz de generar más puestos de trabajo. De hecho, este año es el segundo consecutivo con un saldo migratorio negativo
Los analistas coinciden en que este generalizado sentimiento de desafección hacia las instituciones, parte de la actual coyuntura económica y del sufrimiento personal ocasionado por la crisis. “Esta situación es similar a la que se produjo en los prerrevolucionarios años veinte”, advierte Garrido
Un país económicamente equilibrado con el resto del mundo
La conclusión de ambos analistas es que para superar estos retos de futuro hay que “cerrar filas de manera más colectiva”, y profundizar en las redes de solidaridad. “Mi esperanza está en que, en lugar de buscar cómo salvarnos individualmente, busquemos cómo salvarnos colectivamente. De este modo, será más positivo tanto para nosotros mismos como para la recuperación económica del país”, sentencia Garrido.
”.Hay que reformar, regenerar y renovar las instituciones para superar la crisis de confianza"