DEMOCRACIA INTERNA: EL MIEDO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 

No deben quedar impunes las medias verdades que inducen a la confusión, sobre todo si son vertidas desde ámbitos de responsabilidad orgánica y menos si ese ámbito está enmarcado en la ideología socialista.

Cuando se señala, para estigmatizar a los discrepantes, que la participación de los militantes del PSOE está garantizada por la dirección del partido y que esta dirección es la primera en defender y fomentar ese debate y además se dice públicamente, como ha  manifestado la dirección del PSOE de Málaga, a raíz de la presentación de Socialistas Hoy, no queda más  que preguntarse, si acaso cualquier otra manifestación de socialistas fuera del ámbito físico de las estructuras del PSOE  deben de ser condenadas o bien si deben de tener menos consideración o si por ello los que se han expresados en espacios físico extramuros a las estructuras del partido deben de ser considerados como desertores y por lo tanto quedan marcado por la estrella y el estigma de los traidores.

Hermano…tuya es la hacienda/ la casa, el caballo y la pistola…/Mía es la voz antigua de la tierra. (León Felipe) La palabra como vehículo de la libertad de expresión es lo mas sagrado que nos ofrece la democracia y cualquier tipo de mordaza es antidemocrática y sectaria y quienes intentan imponerla son así mismo los que pervierten el ideario socialista y por eso deben de abandonar la estructura orgánica de la que son responsables.

Según la agencia de noticias Europa Press, la dirección del PSOE ha anunciado que “…  es la primera  en fomentar el debate y la participación militante en las agrupaciones, la Ejecutiva y el Comité Provincial, las conferencias y el Congreso…” Entonces si no se es miembro de una ejecutiva, ni se pertenece a un Comité Provincial etc. etc., nada, o sea todo dentro de los “cuarteles”, claro. Porque todavía  en democracia hay quienes temen a las voces críticas y la confunden con “ruidos de sables” y temen que se puedan extender si no se controla por el aparato y perder así la influencia y el control;  y las rebeliones ya se sabe o se sofocan narcotizando el intelecto o de una manera más sutil, desacreditando al discrepante hasta lograr expulsarlo de la organización. Claro que también se pude sofocar desde el dialogo y el consenso.

Da igual que hayan sido doscientos, cien o cinco mil, lo importantes es la convicción de lo que no se quiere, de lo que no debe de seguir siendo, de la necesidad de cambio, de romper esa endogamia cuartelera y abrir las agrupaciones al debate de los ciudadanos y de esa forma las distintas sensibilidades que en cada momento surjan no tendrán que expresarse extramuros de los espacios de debates a los que  alude la dirección del PSOE de Málaga. Pero claro, el miedo a saberse perdedor moral, abandonados por la ciudadanía, a saber que la sinrazón mas que la razón es el único argumento que les queda para seguir aferrados al poder; al poder para poder controlar, al poder para no perder privilegios, al poder para seguir interpretando el ideario socialista, el poder para abrir y cerrar compuertas.

Ese miedo es el que ha detectado los ciudadanos y ese miedo se ha traducido en una pérdida de credibilidad democrática del electorado hacia el PSOE y por eso es necesario hablar, opinar y pensar, aunque sea extramuros de los cuarteles partidista, aunque esa actitud provoque ese miedo que nunca la libertad de expresión debe provocar en quienes se sientan demócratas.

Sergio López