DE POLÍTICOS, ELECCIONES Y CIUDADANOS II

                                                                                               Estepona 19 de Febrero de 2012 DE POLÍTICOS, ELECCIONES Y CIUDADANOS II

A la hora de acudir a las urnas el ciudadano de a pie,  el que no vota una franquicia política, sino una ideología de progreso, el ciudadano que huye de quien hace del bulo y la propaganda sus principales herramientas en la acción política, ese ciudadano que evita caer en las emboscadas demagógicas de los políticos sin visión de estado, endogámicos y mediocres; ese ciudadano está exigiendo desde la izquierda de este país  una regeneración de esa izquierda, una catarsis de la clase política y ojala el sentido del voto de los ciudadanos andaluces el día 25 de Marzo esté dirigido mayoritariamente a una opción de progreso.

Porque los políticos que son producto de su propio marketing, los político de escaparate, sustentados por maquinarias partidistas, una maquinaria engrasada con ideales  anclados en los principios de  la competitividad neoliberal mas salvaje, y en la que se han instalado algunos de los  representantes de la izquierda de este país, los de o yo o nadie y sin mí el caos y que como proclama Hans Harms, Doctor en filosofía por la universidad alemana de Witten-Herdecke, cuando escribe sobre la democracia: La democracia no está en crisis pero sí la manera en la que la ejercemos – la democracia representativa. Ésta se ha convertido en una “partidocracia” en la que los partidos y en ellos algunas personas claves toman todas las decisiones, ya que tampoco existe una democracia interna. Por esto esos iluminados que propugnan  la invisibilidad del discrepante, deben desaparecer por la magia de los votos.

Esos políticos, aprendices de sátrapas, que hacen de lo público un mercadillo y que no admiten la discrepancia como seña de identidad democrática, son el mayor riesgo para la normalización política que Andalucía y este país necesitan. 

Instalados en la dinámica de gobierno, el PSOE-A ha dilapidado alianzas naturales y en su afán por ser el único referente de la izquierda ha olvidado que hay izquierda fuera del PSOE, y que en momentos como los actuales esa izquierda, de haber sido tratada con dignidad, ahora seria sin ningún género de dudas un aliado que ayudaría a combatir en Andalucía la supremacía a la que la derecha aspira el próximo 25 de Marzo. Izquierda Unida ha dicho basta a la prepotencia de algunos dirigentes socialistas, ha dicho basta a las estrategias del PSOE para borrarla del marco político y claro sucede que lo ocurrido en las autonómicas extremeñas pueda repetirse en Andalucía. Ojala que no.

Y ante esta tesitura el ciudadano duda y sale a la palestra la cuestión del voto útil  y ante la duda de esa utilidad aparece el fantasma de la abstención y ahí es donde se pervierte la libre capacidad de decidir y una vez más esos políticos, acostumbrados  a  la guerra de guerrillas cuarteleras, condicionan nuestro futuro. Por eso hay que romper esa maldición y votar en conciencia, aun a riesgo de equivocarnos.

Preocupa la tardanza, desde la izquierda, para corregir y explicar los efectos que la crisis ha tenido y está teniendo en la conciencia ciudadana. Preocupa la extremada lentitud, la escasa capacidad de respuesta ante los resultados adversos del 22M y de las generales de Noviembre y preocupa las consecuencias que sobre el mermado estado del bienestar supondría una victoria del PP en Andalucía. Estamos, es cierto, en un mundo cada vez más globalizado y esto conlleva políticas que irremisiblemente transciende las propias dinámicas autonómicas y hay que acompasar las estrategias, cierto, pero no es menos cierto que en esa labor política los gobiernos socialistas debieron ganar con sus política sociales el pulso a esos otros gobiernos conservadores con sus políticas neoliberales. Solo queda Andalucía para que se corrijan esos errores y ese escenario sea posible.

De otra parte hay que recuperar a una juventud que un día creyó en nosotros y que no entienden de globalizaciones, porque su territorio es la inmediatez de un futuro desalentador. A ese joven andaluz que vaya a votar por primera vez, ¿qué mensaje se le está trasladando desde la izquierda? ¿Qué propuestas de progreso para sus exigentes recién dieciocho años se les está ofreciendo? ¿Qué atractivos le ofrecen ideologías cuyos líderes han renunciado a valores como la solidaridad, el consenso y el respeto al adversario? Esos políticos  están empujando a esa juventud hacia posiciones conservadoras y costara tiempo e inteligencia recuperarlos.

Andalucía  necesita estabilidad y a partir de esta premisa hay que romper maleficios y soltar amarras. Quizás el barco retorne esta primavera, ya no tan lejana, y quizás estos jóvenes que este año cumplen los dieciocho tendrán la oportunidad de tener su propio discurso y nos enseñen y exijan que la generosidad,  la lealtad y la coherencia son los argumentos  para hacer que un pueblo camine por la senda  de la convivencia y el progreso.

SERGIO LÓPEZ