¿CONGRESO EXTRAORDINARIO O PRIMARIAS?

Fundación SISTEMA

Semana del 30 de mayo al 5 de junio de 2011

Me sumo a las voces como Patxi López, Alfonso Guerra o Rodríguez Ibarra que hablan de Congreso Extraordinario frente a primarias. Soy defensora de las primarias como método de elección de los candidatos/as, pero como señala Patxi López, estamos ante una situación mucho más profunda que hablar de personas: debemos hablar de proyecto, por mucho que se empeñe en negarlo Zapatero.

Cuando se celebraron las primarias Almunia-Borrell, sobre la mesa existían claramente dos modelos de partido y de proyecto socialista, encarnados con nitidez por cada uno de los candidatos. Pero hoy no es así. No es de modelo de lo que hablarán dos miembros del gabinete Zapatero. Es más, ¿cómo convivirá el candidato con una dirección agarrotada y fracasada, y con un Presidente dispuesto a seguir adelante con las reformas por el bien de España?

El gran error que cometió Borrell fue no celebrar un congreso extraordinario que tuviera una dirección afín a sus planteamientos. Es imposible que un candidato siga adelante si su propia ejecutiva está en contra. Borrell tenía a los militantes pero no a la dirección federal y a muchos de los barones; estaba abocado al fracaso. ¿Se pretende hacer lo mismo con el candidato a primarias: abocarlo al fracaso o ser un títere interpuesto? Los nombres que se barajan tienen suficiente personalidad, experiencia política y profundidad para que no sean títeres, pero si no nadan contra corriente, tendrán que nadar a favor, y eso significa ratificar y compartir los errores cometidos.

Estamos ante un problema de fondo: ¿cuál es el proyecto socialista? ¿a dónde vamos? ¿no tenemos capacidad propia de combatir la crisis económica? ¿han de ser las mismas medidas las tomadas en Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia o España? Ésas son las preguntas que están encima de la mesa, y cuando se respondan, podremos elegir el candidato/a.

A Zapatero, el PSOE debe agradecerle haber sacudido y despertado al partido en sus horas bajas en el año 2000, presentándose con ilusión y ganando las elecciones del 2004, en su primer intento como candidato. El PSOE ha gobernado ocho años con Zapatero al frente. Igual que hoy hacemos el debe, tenemos que hacer la suma de lo que ha aportado. Pero, a esto hay que puntualizar varias cosas:

1) Zapatero representaba un liderazgo sólido e ilusionante, acompañado de un equipo fuerte y cohesionado, que disponían de un proyecto progresista con una clara orientación hacia la conquista de derechos. Zapatero no era sólo uno, era un conjunto de piezas que todas sumadas daban la ecuación para ganar. Un equipo y un proyecto progresista, dinámico, atrevido, responsable, preparado, sin titubeos ni frivolidades, que sabía hacia dónde caminaba, y preocupado de la organización y de sus militantes, pues así alcanzaron el triunfo. ¿Se está repitiendo la misma situación? Claramente no.

2) El 22 M ha sido un rechazo rotundo a las políticas económicas de Zapatero y su gobierno. Comparto la opinión de quienes dicen que el problema no ha sido exclusivamente la crisis: sino la gestión de la crisis, igual que comparto que hubo un primera y segunda etapa con Zapatero. Un gobierno de frivolidades, de incertidumbres, de indecisión, que no sabía cómo explicar las medidas tomadas porque no se ha sabido gestionar la crisis.


3) Hoy Zapatero se presenta sólo ante el peligro, dispuesto a asumir sus responsabilidades hasta el último momento, cuando la ciudadanía y la militancia piden coherencia y no a un mártir entre las filas del socialismo. Pero, con él, hay un equipo corresponsable porque, teniendo en sus filas personas increíbles y sólidas (como el ministro Gabilondo), Zapatero no ha sabido cohesionarlas, manteniendo, como en un mala partitura, notas disonantes que han hecho desafinar durante todo el tiempo. No ha buscado a los mejores entres sus amigos, sino que ha realizado “experimentos” con el partido, desmantelando la credibilidad, poniendo al frente personas que no tienen formación adecuada, y desvirtuando el proyecto.

4) La ciudadanía progresista está desconcertada, nuestros votantes molestos pero la militancia indignada. Hay federaciones cuya situación orgánica hoy es penosa, está desmantelada, y sus militantes al borde del suicidio orgánico (como ocurre en Valencia), gestionado bajo la autorización y corresponsabilidad de personas afines a ZP desde sus cargos de Organización, que han tenido tantos desaciertos en sus decisiones como en sus propias peleas territoriales.


5) Cambiar la cara del cartel no va a solucionar los problemas, lo que ocurrirá es que perderemos un cabeza de cartel. Ni los mismos modos, ni las mismas formas, ni la misma dirección pueden seguir adelante, y habrá que salvar el grano de la paja, porque ZP ha adornado sus equipos con mucha paja que ha contribuido al incendio, mientras que existe buen grano que habría que rescatar (véase Elena Valenciano, una de las figuras más válidas en estos momentos).

En resumen: las primarias serán un maquillaje para no debatir si la dirección del PSOE (con Zapatero a la cabeza) está haciendo las cosas como debe y para analizar cómo volver a la ruta que hemos perdido. Al mismo tiempo, deberemos recuperar unos militantes enfadados y desconcertados, y una ciudadanía progresista que ha mostrado su rechazo en las urnas.

El PP tiene una cifra importantísima de votantes que serán fieles, con o sin corrupción porque eso está asumido en la cara negra del partido con una sorprendente permisividad, pero sólo ha obtenido medio millón de votos más, situando su techo electoral. Quien se ha desfondado es el PSOE perdiendo millón y medio de votantes, y puede seguir cayendo si no pone remedio. Los votos que pierda no irán al PP (aunque le estamos poniendo la alfombra roja a la Moncloa), sino a la izquierda del PSOE. Porque a quienes hemos defraudado y abandonado son a quienes admiraron y confiaron en un PSOE progresista, comprometido, sincero, coherente, con un líder a la cabeza como ZP, con un equipo sólido y cohesionado, con un proyecto claro sin titubeos y con una militancia orgullosa de sus siglas.

Ana Noguera