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Estepona 16 de Enero de 2024
LAS CARAS OCULTA DE LA GUERRA
La palabra guerra proviene del germánico werra (desorden, pelea), aunque para los griegos “pólemos” (guerra) se traduce habitualmente como "el espíritu bélico es el padre de todo"
Continuamente se habla de crisis, la crisis económica en forma de alta inflación y desaceleración, la crisis ecológica con el cambio climático, la crisis geopolítica en forma de guerra y fragmentación. crisis humanitarias…algunas son guerras latentes y otras son guerras desafortunadamente patentes, el objetivo de ambas es destruir para desde el caos obtener beneficios, da igual lo que se destruya, la vida o la hacienda, las emociones o las conciencias, la Amazonia o los polos. Tiempos estos que nos van guiando hacia un futuro desalentador a través de la normalización de lo distopico. Son las caras ocultas de la guerra.
Efectivamente hay multitud de guerras dentro de cada guerra, incluso cuando se acaba una guerra sigue latiendo ese espíritu bélico en la reconstrucción de las ciudades asoladas. Los intereses de las grandes corporaciones financieras, los grandes lobys de las industrias armamentísticas, gasísticas o financieras siguen con sus guerras, y antes que se sellen los tratados de paz hay que firmar otros tratados comerciales y comenzar a pagar la deuda generada y antes que esta deuda este saldada hay que comenzar otra guerra para generar nuevas deudas y volver a reconstruir ciudades desoladas. Así los muertos son ceros a la derecha que engrosan las cuentas de las grandes corporaciones. Muertos, cuanto más muertos más pingües son las ganancias, son los muertos globales.
La guerra necesita multitud de recursos, no solo armas, también necesitan una logística gigantesca, alimentos, transportes y últimamente mercenarios al servicio del que mejor pague y necesita un sistema financiero que invierta en el sector de la industria bélica y financien el comercio de armas, algo cada vez más frecuente. Importante también como grandes partidas de los presupuestos publico están enfocados al I+D de la industria militar. No hay que olvidar que la guerra es un negocio y se propicia para obtener beneficios. Los Señores de la Guerra, en otras latitudes, compiten por la gestión de la ayuda humanitaria, los recursos naturales, el control del narcotráfico o la trata de blanca; impulsados por el capitalismo neoliberal de Occidente que propician conflictos en las periferias en función de sus intereses.
La guerra de Israel contra Palestina o la de Rusia contra Ucrania evidencian todo este cumulo de intereses globales que no duda en aniquilar a un pueblo con tal de expandir sus fronteras. La denuncia de estos crímenes de guerra en la franja de Gaza, por parte de Sudáfrica, ante la Corte Penal Internacional es un avance importante porque “no es el castigo el que arruina al criminal, es la sentencia”
SERGIO LÓPEZ