El barómetro del CIS da a los socialistas una amplia ventaja sobre el resto de grupos. El PSOE se convierte —de largo— en la primera fuerza política, con una amplia ventaja sobre el resto: sube hasta rozar el 30% en intención de voto, casi ocho puntos más que en la anterior encuesta, prácticamente 10 puntos por encima del PP y Ciudadanos y casi 15 puntos por encima de Podemos.
Pese a su frágil mayoría parlamentaria, los socialistas lideran ahora las encuestas a costa del descenso del resto de grandes partidos, con un empate técnico entre PP y Ciudadanos. El PP baja casi cuatro puntos, del 24% al 20,4%; Ciudadanos consigue el mismo porcentaje, el 20,4%, dos puntos menos que en abril. Y Podemos roza el 16% de la estimación de voto, cuatro puntos por debajo de la anterior encuesta. El bipartidismo —PSOE más PP— vuelve a sacar la cabeza y se sitúa de nuevo por encima del 50% ante el empuje de los socialistas, tras una cifra de apenas el 46% en abril: nunca antes un barómetro del CIS había colocado tan baja la suma bipartidista, que ahora se recupera.
La izquierda gana espacio: PSOE más Podemos suman el 45,5% del voto, cuatro puntos más que en la anterior encuesta. En abril los votantes de Podemos y PSOE aparecían desactivados, con muchos indecisos, y el CIS dejó su suma en apenas el 42%; en las generales de 2016 sumaron el 44%, y en 2015 el 46%.
La encuesta subraya que el paro y la corrupción siguen siendo, con mucho, las dos grandes preocupaciones de los españoles; la inmigración irrumpe como quinto problema tras la llegada del Aquarius y el incremento en el flujo de migrantes que llegan a las costas españolas. Y un capítulo adicional: a pesar de los pesares, la situación política es "mala o muy mala" para el 64,6% de los encuestados.