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La red de Villarejo ayudó al dueño de Globalia con un convenio urbanístico en Estepona

El presidente del grupo Globalia, al que pertenece Air Europa, Juan José Hidalgo - EFE

Entre los empresarios que se reunieron con el comisario Villarejo, tanto en Estepona como en su sede madrileña de Torre Picasso, destaca Juan José Hidalgo, presidente de Globalia y Urbanizadora XXI y propietario de los terrenos de la conocida en el municipio como Herencia Nadal. A esas reuniones asistió también algunas veces el gerente de urbanismo de Estepona, Diego de Lucas. El fichaje de De Lucas lo hizo el alcalde que surgió tras la caída del socialista Antonio Barrientos y que fue uno de los miembros de su gabinete: David Valadez.

Desde la llegada de Valadez a la alcaldía y de Diego de Lucas a la Gerencia de Urbanismo, "el comisario Villarejo era quien mandaba y controlaba el Urbanismo de Estepona", aseguran fuentes de dicho municipio. "Tanto es así, que el propio Diego de Lucas decía a quien quisiera escucharle que él era un hombre del Ministerio del Interior".

El alcalde de Estepona David Veládez y el gerente y administrador de una sociedad de Villarejo, Diego de Lucas.

El alcalde de Estepona David Valadez y el gerente de Urbanismo y administrador de una sociedad de Villarejo, Diego de Lucas.

Desde entonces muchos empresarios con intereses urbanísticos en Estepona se
veían obligados a desplazarse al despacho Stuart & Mckenzie
, que el comisario tiene en Torre Picasso de Madrid. En esas reuniones, Villarejo y sus abogados y socios Rafael Redondo y David Macías alardeaban de poder solucionar cualquier problema urbanístico que los empresarios tuvieran con el Ayuntamiento de Estepona e incluso presumían de tener en su poder el Plan General de Urbanismo del municipio. Macías aparece como propietario de más de una decena de inmuebles que realmente son propiedad del policía, según informes de Asuntos Internos y varias investigaciones judiciales abiertas contra el comisario Villarejo. 

La Herencia Nadal

El 5 de septiembre de 1973, María Catalina Nadal, propietaria de tres millones de metros cuadrados de tierras en Estepona y diversos bienes en Onteniente (Valencia) hizo su testamento. En su última voluntad, distribuyó los terrenos en tres partes. Una de esas partes, 503.764 m2, se los legó a la Fundación Antonia Guerrero.

A finales de los 90, Juan José Hidalgo, presidente del Grupo Globalia, compró esos tres millones de metros cuadrados de suelo por unos 40.000 millones de las antiguas pesetas. Pero lo que no sabía Hidalgo cuando hizo esa compra es que del legado de la Herencia Nadal eran también beneficiarios los ciudadanos de Estepona. Por tanto, cuando Hidalgo quiso firmar un convenio urbanístico con el Ayuntamiento para poner en marcha esos suelos, se encontró con que el Consistorio reclamaba para el municipio una importante participación en las plusvalías que la reclasificación de esos terrenos iba a generar a su nuevo propietario.

Hidalgo se negó a pagar lo solicitado por el Ayuntamiento –60 millones de euros en concepto de plusvalías para construir, entre otros equipamientos, una Universidad en Estepona para cumplir con lo estipulado en el legado de la Herencia Nadal– quejándose reiteradamente de ello.

Tanto el entonces gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Estepona, Diego de Lucas Villarubia –persona también muy cercana al empresario, como indicaron el sindicato de funcionarios del Ayuntamiento de Estepona, CESIF, y el concejal no adscrito, Juan Manuel Rodríguez– como el denunciante David Valadez, ya como alcalde del municipio, retomaron con rapidez ese asunto, que estaba aparcado por el anterior gobierno municipal, e intentaron aprobar ese convenio urbanístico hasta en tres ocasiones, sin cobrar al empresario ni un euro de plusvalía para la ciudad. A ello se opuso no sólo toda la oposición, sino también algunos concejales del propio equipo de gobierno que presidía Valadez. Este asunto originó una fuerte polémica en el municipio y una crisis en el gobierno municipal. El interés de Valadez en aprobar ese convenio era tan grande que incluso cesó en sus delegaciones a varios concejales de su equipo de gobierno por no apoyarlo. 

Algunos medios de comunicación calificaron el convenio como “pelotazo urbanístico” y “el negocio del siglo”. El escándalo fue tan mayúsculo que, algún tiempo después, hasta la entonces rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, criticó ese convenio, indicando incluso que había que revisarlo.

El peor negocio de Hidalgo

La diferencia era enorme con respecto al convenio que quería firmar el alcalde anterior, Antonio Barrientos, en el que se proponía cobrarle a Hidalgo 60 millones de euros en concepto de plusvalías para la construcción de una universidad y diversos equipamientos para el municipio, mientras que el convenio que queríann aprobar el denunciante y alcalde, David Valadez, y sus amigos, Diego de Lucas y el comisario Villarejo, no le exigía al propietario ni un solo euro para el municipio. 

Fuentes cercanas a estas reuniones aseguran que el comisario Villarejo había pactado con el empresario José Hidalgo, una fuerte suma si el convenio era aprobado. A este respecto hay que tener en cuenta que el convenio urbanístico que Valadez llevó ante el pleno (a instancias de De Lucas y de Villarejo) reportaba a los propietarios unos beneficios de muchos millones de euros en plusvalías –la oposición los cuantificó en 240 millones de euros–.

Hidalgo, como otros clientes de Villarejo, se ha jactado en público de no verse en problemas por este convenio urbanístico. Y por ahora es cierto. No ha sido llamado a declarar, ni siquiera como testigo, en el caso Astapa, cuando su convenio era el más importante que estaba negociando el Ayuntamiento de Estepona. A lo largo de la investigación y con las diligencias bajo secreto, al ser preguntado por periodistas sobre esta causa que instruye la UDEF afirmó: “A mí, ni me han llamado, ni me llamarán”.

Gracias a la reacción de la oposición, de los técnicos del Ayuntamiento e incluso de algunos concejales socialistas que discrepan de Valadez, el negocio aún no ha culminado. En un acto en Estepona al que acudió Hidalgo a finales de 2017 se lamentó de que a finales de la década de los 90 realizara en el término municipal de Estepona "la mayor inversión en suelo" de su vida, con la adquisición de la Hacienda Nadal, en la que pretendía crear un hotel de cinco estrellas y un complejo residencial de 500 apartamentos, y donde "todavía no se ha podido poner un ladrillo".

 

 

Tag(s) : #NOTAS DE PRENSA
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