EL COMISIONISTA, LA PRESIDENTA Y EL MUÑIDOR

                                              Estepona 16 de Marzo de 2024

EL COMISIONISTA, LA PRESIDENTA Y EL MUÑIDOR

Alberto González Amador, nacido en Ceuta y pareja actual de Isabel Diaz Ayuso, a la sazón presidenta de la Comunidad de Madrid, es técnico sanitario, tiene 47 años y está divorciado. Hasta aquí un ciudadano y sus circunstancias, con el derecho a la preservación de su intimidad.

El pasado 2 de febrero, según noticia aparecida en el Diario.es, reconoció ante el Ministerio Publico, a través de su abogado, haber cometido delitos contra la hacienda pública, una vez pillado “in fraganti”. “Toda una confesión: un intento de pactar un acuerdo para evitar el juicio y una posible pena de cárcel, a cambio de reconocer los delitos y pagar" continua la crónica del diario.es. Preguntada, Diaz Ayuso por si sabía algo de esta situación, respondió que “sabía que estaba sufriendo una inspección de Hacienda y quiso recalcar que “aquí no ha habido ni tramas ni redes paralelas ni nada de lo que se está intentando hacer desde La Moncloa”. Atribuyendo la denuncia a una persecución “de todos los poderes del Estado"

A partir de aquí y sintiéndose interpelada su pareja, la presidenta de la Comunidad de Madrid, el derecho a la intimidad de González Amador salta por los aires, consecuencia de la huida hacia delante de Diaz Ayuso. Cierto que si fuese un ciudadano sin la connotación afectiva con la presidenta Diaz Ayuso pues la cuestión hubiese pasado desapercibida para el gran público, pero la compulsiva necesidad de mentir y negar la mayor, la inveterada costumbre de poner el ventilador de su ineficacia en la gestión pública apuntando al gobierno socialista, ha hecho que saltase a la opinión publica estos desmanes fiscales y societarios de González Amador. Que la mujer del César no solo debe ser honrada, sino que también debe parecerlo, pues igual que el hombre de la baronesa y a partir de ahí pues tanto monta monta tanto o aquello que quien duerme en el mismo colchón se vuelven de la misma condición, según reza el refrán.

Pero no solo la actitud de Diaz Ayuso ha perjudicado a su pareja, lo mismo sucedió con su hermano y sus padres, porque ha sido ella en todos los casos la que ha puesto el ventilador a las presuntas irregularidades económicas y societarias y la que ha "puesto en el escaparate la honorabilidad de su familia", pero no por ser la presidenta de la comunidad madrileña, sino por esa naturaleza enfermiza de sentirse víctima, porque su condición humana no da para más. En declaración a los medios de comunicación durante su visita al municipio barcelonés de Castelldefels, declaró “Era algo que me esperaba porque desde hace cinco años todos los días me pasa algo similar. Primero fue mi padre, después mi hermano, mi madre, mis primos, mi pueblo, mi barrio, mi colegio, mis profesores y mi expediente. Después fue mi etapa universitaria” y porque su muñidor particular, esa copia carpetovetónica de Steve Bannon, Miguel Ángel Rodríguez, le susurra continuamente por los pasillos de la Casa de Correos, que Madrid es España y ella su presidenta. Cual una Reina Grimhilde, la madrastra de Blancanieves, no soporta a quienes no reconocen que ella es la más bella. Casado, como se te ocurrió semejante felonía.

Cabe preguntarse ¿cómo es posible que un perfil como el de Díaz Ayuso pueda llegar a ser presidenta de una comunidad autónoma? Habría que analizar quien dirige realmente el destino de los madrileños, porque creo que Ayuso es solamente el reclamo publicitario de una marca política que responde a los intereses de una internacional populista, a la que también está arrastrando al PP, cada vez más extendida.

SERGIO LÓPEZ