La reunión, un alumerzo frugal, se celebró el pasado 16 de noviembre
No acudieron los de Andalucía, Cataluña y Madrid
El PSOE se había conjurado para que, pasara lo que pasara en las elecciones catalanas (y ha pasado), dejar libre de problemas internos al partido durante todo 2013 y la mayor parte de 2014.
No se trató de una convocatoria oficial sino de una reunión informal —fuera de programa, del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba— con líderes territoriales “de confianza” de la actual dirección, según expresión de algunos de ellos. En torno a la mesa se sentaron Patxi López, secretario general de los socialistas vascos; Guillermo Fernández-Vara, secretario general de los socialistas de Extremadura; Javier Fernández, presidente del Gobierno de Asturias y líder de los socialistas asturianos; Emiliano García-Page, alcalde de Toledo y secretario general de Castilla-La Mancha. Junto a ellos los máximos dirigentes socialistas de Baleares, Francina Armengol; de Aragón, Javier Lambán; de Cantabria, Rosa Eva Díaz Tezanos, y de La Rioja, Cesar Luena. “Se trata de un aparato ampliado”, interpreta uno de los barones territoriales presente en el almuerzo, “frugal” —pinchos y ensalada de lechuga y tomate— del que también participaron representantes del aparato genuino: la vicesecretaria general, Elena Valenciano, y el secretario de Organización, Óscar López.
De esa frugalidad de los menús de Ferraz no participaron, sin embargo, los dirigentes socialistas de Andalucía y Madrid, José Antonio Griñán y Tomás Gómez. “No era una reunión del Consejo Territorial sino de personas afines al secretario general”, remacha uno de los asistentes. Tampoco estuvo el PSC.