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Razones de un tránsito: la derechización de Málaga

28 julio, 2012

SERGIO LOPEZ

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En primer lugar decir que no somos una excepción en Málaga en cuanto a la derechización, y más que un giro a la derecha de la sociedad malagueña estaríamos hablando de una derechización de las políticas de izquierda, que proponen al ciudadano desde la socialdemocracia actuaciones conservadoras. La derechización no es local, es global.

Desde la estructura socialista no se es consciente de lo que el ciudadano no quiere, de lo que no debe de seguir siendo, de la necesidad de cambio. Es por lo tanto necesario abrir el partido al debate de los ciudadanos  y de esa forma las distintas sensibilidades, que en cada momento surjan, no tendrán problemas para expresarse extramuros de los espacios de diálogo  que ofrece el aparato. Es necesario hablar, opinar y pensar en consonancia con las necesidades del ciudadano de a pie, porque nunca la libertad de expresión debe provocar miedo en quienes se sientan demócratas.

A esto hay que unir una juventud decepcionada ante la carencia de políticas en las que primen las estrategias progresistas sobre las medidas económicas neoconservadoras; el miedo a un futuro sin referentes hace que esta juventud deposite en la derecha sus esperanzas, decepcionados por la falta de voluntad política para llevar a cabo las reformas necesarias desde la izquierda, más preocupada por el mantenimiento del status.

A raíz de las últimas elecciones, generales y municipales/autonómicas, se ha producido un cambio sustancial en el mapa electoral malagueño y esto como consecuencia del aparcamiento, por una parte importante del electorado, de la ideología como criterio fundamental a la hora de depositar el voto. La marca ideológica PSOE en Málaga ha implosionado, y este estallido hacia dentro y desde dentro no ha respetado la  territorialidad, no ya de una ideología, sino de una marca ideológica.

Por lo tanto no estaríamos hablando del ocaso del socialismo, estamos hablando de un cambio de ciclo, de la necesidad de cambio de un aparato que sustenta a dirigentes institucionales y cargos  orgánicos  caracterizados por una falta de liderazgo que impiden un discurso común, homogéneo y cohesionador y que presentan a los ciudadanos de Málaga un partido fragmentado. Los dirigentes han carecido de mensaje, y si lo han tenido estos no han coincidido con la práctica política, como consecuencia de ello no ha existido un plan desde el que definir estrategias y se ha fracasado en la consecución de los objetivos marcados.

En este escenario en el que la política se ha desvinculado de las ideologías y los políticos de los ciudadanos, ha calado un mensaje de descrédito, hasta tal punto que el resultado no ha sido otro que una desideologización progresiva y es en este punto donde se ha alcanzado el máximo nivel de fragmentación de la marca PSOE en Málaga.

Hablamos de desideologización pero también tendríamos que hablar de desintelectualización. La falta de intelectuales, en el sentido humanista del término, ha provocado que el mensaje en época de crisis no haya tenido embajadores de altura para hacerlo  creíble al ciudadano  y esta mediocridad en el diseño junto a la vaciedad del contenido han provocado una crisis de valores que ha desembocado en que muchos malagueños hayan perdido su norte ideológico.

Por otra parte la dificultad de convencer al ciudadano de que está ante un partido con hondas raíces democráticas se acrecienta cuando se producen heridas como la supresión de las primarias en Málaga, mientras en otras ciudades se alentaban, produciéndose la expulsión de militantes que abogaban por esta herramienta de elección de candidato e imponiendo a su vez una candidatura desde el aparato. En definitiva, el ciudadano reclama un cambio de políticas pero también unos cauces para participar de la configuración de esas políticas.

Se han cometido errores, que extrapolados desde el gobierno de la nación hacia el ciudadano, podríamos enumerar, como la incapacidad para ilusionar a los jóvenes hacia el proyecto socialista, el negar la crisis, la falta de vida democrática interna, la falta de apertura a la sociedad, falta de renovación, la reforma de la Constitución…Por lo tanto no se puede seguir profundizando en estos errores y habría que modificar estrategias, elegir nuevos líderes y desde el socialismo adaptar las políticas a las nuevas demandas sociales.

La precariedad, la inseguridad del empleo y el caos financiero, se han instalado en la sociedad malagueña y estos también son aspectos a tener en cuenta para entender la derechización de la sociedad malagueña. Cada año que pasa aumentan las desigualdades, los pobres funcionales y los excluidos sociales, y estos ciudadanos se sienten frustrados ante las promesas incumplidas de la izquierda y la ausencia de modelos y propuestas, y ante esta tesitura se han instalado en la desesperanza, y o bien giran hacia la derecha populista o se refugian en la abstención política.

 La izquierda ha perdido el apoyo de las clases populares. La sociedad malagueña ha girado a la derecha porque la socialdemocracia no es vista como una alternativa. Desde la izquierda se debe aprender a escuchar y democratizar su relación con el pueblo, porque en estos momentos los ciudadanos quieren un proyecto humano de solidaridad colectiva, quieren un partido que les oiga y que no les mienta y exigen, en estos momentos, ideas más  que ideologías y personas más  que partidos.

Todo esto no significa el fin de los partidos, ni mucho menos la muerte de las ideologías, significa que políticamente nos hemos hecho adultos y no nos pueden seguir durmiendo con cuentos.

 Sergio López

Tag(s) : #ARTICULOS DE OPINION
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