ESTEPONA 15 DE JUNIO DE 2025
DE LO ORGANICO, LO INSTITUCIONAL Y EL LIDERAZGO
Es difícil digerir, desde la izquierda, las noticias aparecidas a raíz de las grabaciones de Koldo. Lo de Ábalos, pudo parecer algo excepcional, un borrón aislado en el periodo de gobierno de Pedro Sánchez. La presunta trama puesta al descubierto, que implica de una manera flagrante a Cerdán y Koldo, de momento, es una de las páginas negras del socialismo, de confirmarse.
Es complicado analizar en pocas líneas el infierno desatado, sobre todo porque, al parecer, el jefe de la trama era Santos Cerdán, no en su condición de parlamentario, sino como Secretario de Organización y administración, corregidme si lo de administración es erróneo, de la ejecutiva federal del PSOE. Esto sitúa la pelota en el tejado de la organización y no en el del ejecutivo. Por lo tanto, responsabilidad orgánica del S. General, pero no del presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez ha ejercido y ha aparecido como un líder incuestionable en la esfera de su compromiso con el Estado, un liderazgo desde la izquierda reconocido internacionalmente, pero ese liderazgo no se ha trasladado a la organización, y por esa fisura se han colado la ambición, la indignidad y la traición a los principios socialistas por parte de estos personajes, salvo que se demuestre lo contrario.
Es cierto que la organización ha utilizado la acción de gobierno y eso desgasta la fortaleza de su liderazgo como hombre de Estado. A toro pasado, la mediocridad de los señalados por Koldo y. la suya propia, en sus grabaciones queda patente. No solo por la presunta cuestión penal, sino por cómo se han conducido éticamente, en la transversalidad de su fechoría, durante el desarrollo y ejecución de la misma. Esa forma de tratar a las mujeres, de señalarlas como material de derribo, no me atrevo a pensar como serian sus acciones durante la consumación del “trato” nos indica el talante faccioso de los personajes. Rodearse de mediocres, sobre todo en el ámbito de la responsabilidad política, antes o después termina contaminando a quienes toman estas decisiones.
Ahora la cuestión es como minimizar el daño, porque daño han hecho, eso es obvio, sea cual sea el resultado. Por lo tanto, y a raíz de la reflexión que traslado en estas líneas, creo que las medidas deben ir dirigidas hacia la organización, reflotar la imagen y la eficacia, bastante dudosa por cierto en los últimos años, diría que décadas, debido a la excesiva institucionalización del partido. No es de recibo que cinco ministros sean los secretarios generales del PSOE en sus comunidades.
Entramos en un periodo de transición, que no debe ser demasiado largo, todo con vista a 2027, y esta transición pasa por elegir un S. de organización con dedicación exclusiva al partido, de reconocida experiencia en cuestiones orgánicas y con un perfil de honestidad y eficacia contrastado en la vida civil, con visión política y liderazgo en su zona de responsabilidad.
Las voces que señalan que el daño “reputacional” de la marca PSOE puede contaminar los resultados electorales ante una presumible coincidencia de fechas en un escenario electoral conjunto con el resto de las administraciones, es una falta de compromiso y solidaridad con el partido, esta teoría sería aceptable si viniese de los socios de gobierno, pero no de las propias filas socialistas. Si piensan de esta manera lo que deben hacer es redoblar los esfuerzos y ayudar, por una vez, a restañar las heridas a través de la acción de sus respectivas responsabilidades de gestión, sea cual sea el ámbito de actuación. Si es cierto, y la dirección del partido debe tenerlo en cuenta, que la presencia de estos ministros en las llistas electorales de sus respectivas comunidades si pueden darle munición al adversario.
Lo prioritario es poner en marcha de nuevo la organización para un horizonte que debe transcender el 2027. Pienso que la legislatura esta tocada, no me atrevo a señalar el camino a adoptar, si elecciones anticipadas o no, pero sea cual sea la decisión, sin un partido renovado y fuerte la travesía del desierto puede ser muy penosa, no solo para el PSOE, también para el resto de las fuerzas de izquierda de este país.
SERGIO LÓPEZ