En el caso de España, las zonas urbanas han usurpado terrenos principalmente agrícolas. Las más afectadas por la ocupación artificial han sido Madrid, la costa mediterránea (Alicante, Valencia, Murcia, Islas Baleares y especialmente Castellón), áreas estratégicas de Zaragoza, zonas próximas a grandes núcleos, como Toledo, o ciudades que partían con una ocupación muy baja, entre las que destacan Ourense o Valladolid. Estos crecimientos, advertidos en un trabajo de Cristina Zamorano realizado en 2012 para el extinto Observatorio de la Sostenibilidad de España, se han confirmado en el mapa recientemente trazado por la Agencia Europea de Medio Ambiente.
En 2004, España llegó a construir 600.000 viviendas, más que en Alemania, Francia e Italia. En el preámbulo de la norma se considera “muy difícil” que a corto o a medio plazo los sectores de la construcción e inmobiliarios puedan seguir transformando suelos vírgenes y construyendo vivienda nueva. Hay 723.043 viviendas vacías.