¿Qué hace un diputado español en agosto en Santiago de Chile? ¿Y en Santo Domingo? ¿Y en Teherán? Trabajar, "of course". Representar al Parlamento español en viajes oficiales. Diplomacia parlamentaria, lo llaman. ¿En agosto? Claro, y en julio. El mes pasado, unos estuvieron en Chipre y, otros, en Luxemburgo. No hay respiro para sus señorías, aunque tengan que cruzar el charco, soportar vuelos eternos y asistir a un par de jornadas de trabajo. ¡Cuánta maledicencia!
Eterno debate. ¿Cuánto nos cuestan los viajes de sus señorías? Este año, 6,7 millones de euros. Entre enero y marzo, la partida de traslados ya sumó 1.027.210 euros. Entre abril y julio, 1.184.786 euros. En seis meses, ya han gastado casi 2.200.000 euros en aviones y trenes, dietas, taxis y kilometrajes aparte. Pero que no cunda el pánico porque en este apartado no se incluye el gasto derivado de las relaciones internacionales, los viajes de comisiones y delegaciones oficiales al extranjero a los que en su día José Bono quiso poner coto y hoy vuelven por sus fueros.
Echen un vistazo a la página web del Congreso y verán que este mes hay previstas tres salidas internacionales. La primera tuvo lugar la primera semana de mes, a Santiago de Chile, con motivo del II Encuentro Interamericano de Presidentes, que se celebró entre el 6 y 7 de agosto. Y a ella acudieron el popular Ignacio Gil Lázaro y la socialista Teresa Cunillera, que fueron acompañados por el letrado Manuel Alba. Sin duda, junto al presidente de la Cámara, Jesús Posada, dos de los diputados más "internacionales" del Parlamento español. Ambos repiten "vacaciones pagadas" la última semana de mes, esta vez en Santo Domingo y acompañados, además de por otro letrado de la Casa, por sus colegas Javier Barrero (PSOE) y Carlos Aragonés (PP). La excusa: una visita oficial, entre el 24 y el 27, al Parlamento centroamericano, subsede de República Dominicana.
Mario Mingo, José Martínez Olmos, Felicidad Rodríguez y Luis de la Peña, todos miembros de la Comisión de Sanidad del Congreso, se desplazarán el 30 de agosto para asistir a una reunión de cooperación parlamentaria. Es la primera vez que en esta Legislatura la Cámara autoriza en el mes de agosto viajes de delegaciones oficiales o comisiones parlamentarias. Salvo en 2012, que la popular Carmen Quintanilla viajó sola a Ghana, nunca antes los diputados habían participado en foro o seminario alguno durante el mes inhábil por excelencia de actividad parlamentaria. Sí constan en el registro desplazamientos al extranjero en julio, pese a ser este también un periodo sin actividad legislativa ordinaria.
Con todo, entre los parlamentarios más viajeros del Congreso, aunque nunca en el mes de agosto, está sin duda el presidente Jesús Posada, quien desde que empezó la Legislatura se ha desplazado a destinos tan diversos como Río de Janeiro, Rabat, Marsella, París, Pekín, Shangai, Panamá, Tokio, Osaka, Roma, Varsovia, México, Lisboa, Milán, Chipre... Siempre en misión oficial y siempre acompañado por una cohorte que incluye a su directora de gabinete, al secretario general de la Cámara, y a otros miembros de la Mesa. Un no parar esto de la diplomacia parlamentaria. ¡Para que luego digan que nuestros diputados no trabajan! Algunos, incluso, más fuera que dentro de España...